Hoy en día, la sociedad está en un modo “ansioso” y busca salidas para “respirar”. Esta historia me recuerda algún lugar… o tal vez a alguien. Las preguntas son: ¿dónde? y ¿a quién?
El tabaquismo es un problema de salud pública, que se observa con frecuencia en diferentes niveles de dependencia y adicción, en todo el mundo. Las factores asociados a la causa pueden ser diversos, sin embargo, me gustaría más hablar sobre uno de los más comunes: la ansiedad.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es un trastorno, que puede ser ocasional o incluso “normal” en la vida diaria, mismo que se origina por: “ver más allá” o “preocuparse y/o tener miedo”, es decir ir más adelante, ver hacia el futuro y querer resolver lo que aún no sucede. Los síntomas principalmente pueden ser: palpitaciones, sudoración, dolor de cabeza, nerviosismo, preocupación, falta de concentración entre otros.
Padecer de ansiedad, es más común de lo que imaginamos, está presente en todos los países y en todas las edades.
Es esencial tomar en cuenta que tenemos muchas oportunidades para poder conseguir los cambios pertinentes, con el objetivo de lograr optimizar nuestro estilo de vida.
Por otra parte, y para algunas otras personas, el principal “aliado para curar” éste trastorno es “fumar, fumar y seguir fumando”.
En mi experiencia, como ex-fumadora y en ocasiones “fumadora pasiva”, dejar de fumar, implica un proceso.
Es evidente que “el tabaco”, contiene sustancias tóxicas (nicotina, alquitrán solo por mencionar algunas) que están asociadas a la aparición de enfermedades como es el caso del cáncer. Los efectos nocivos, que provoca éste hábito, son claros e incluso los comunican de forma muy “explícita” en las campañas anti- tabaquismo: “Fumar, mata”. Texto descrito en las cajetillas de cigarros en Francia.
Sin embargo, los humanos “pensantes” prefieren no hacer caso y continuar fumando. La pregunta es ¿porqué? Y la respuesta, la dejo a tu criterio querido lector (si eres fumador).
En Francia los cigarros son vendidos en las “Tabac”, a diferencia de México, que pueden ser adquiridos en las tiendas de abarrotes e incluso de manera “ambulante”. La venta de cigarros continúa siendo un elemento importante en el mercado, solo que con diferentes reglamentaciones en materia de compra y venta de acuerdo al país.
Desde mi perspectiva, la cultura y el ambiente (la sociedad), son dos factores que influyen en el consumo del tabaco.
Pero ¿qué significa ser culto?…
Recuerdo a un profesor que me impartió clases en la Facultad de Medicina, hablaba sobre la importancia de cultivarse a través de la lectura. Es decir, entre más libros leamos podremos tener un panorama mucho más amplio sobre la toma de decisiones en nuestra vida. Sin embargo, también podemos ampliar nuestra cultura de otras maneras, por ejemplo: viajando.
El segundo elemento es el ambiente, como lo he mencionado en otros artículos es todo aquello que nos rodea e influye en nuestra interacción con otras personas. En otras palabras: la interacción social. Es decir, si nos rodeamos de personas que fuman, puede ser un factor que influya en la decisión de fumar e incluso potenciar la adicción.
Finalmente, estoy convencida que la solución está en nuestras manos, esto es un hecho.
Ahora, ¿cuáles son los alimentos o cuales son los cambios que nos ayudarán a sentirnos mejor para poder dejar de fumar?
Desde mi perspectiva, no existen alimentos con propiedades “mágicas o milagrosas” que nos ayuden a “dejar de fumar”. Sin embargo, podemos comenzar dando un paso más en nuestro camino hacia una vida mucho más saludable (congruentemente), es decir, alimentarnos de manera mucho más “adecuada” a nuestro objetivo. Por ejemplo, si tu dieta es equilibrada (rica en antioxidantes) y dejas de fumar, podrás observar que tu piel cambia y estará mucho más hidratada.
Si tu caso es otro, por ejemplo si eres un adulto con hijos y desea dejar “este vicio”, lo que te recomiendo considerar seriamente es: “educar con el ejemplo”.
El segundo paso y el más importante es: “tener conciencia” sobre el hecho de “querer dejar de fumar” y estar convencido o convencida de los beneficios o impacto positivo que estos cambios pueden tener en tu salud.
Para ser clara y concluyente, el tercer y último paso es sustituir aquellos hábitos “nocivos” por hábitos “constructivos”, por ejemplo: dejar el tabaco y comenzar a practicar un deporte.
Las actividades que puedo recomendarte son: caminar 30 minutos 3 veces por semana o bien practicar yoga. El yoga, es una disciplina, cuyos beneficios son: aprender a respirar equilibrando así nuestro organismo. También, beneficiará nuestro cuerpo, ya que podremos ganar mayor flexibilidad, elasticidad, equilibrio y paz interna.
Finalmente, lo que te sugiero es tener la fuerza de voluntad y convicción propia, son dos elementos clave para conseguirlo.
Soy testigo de que es posible, ya que no solo dejé de fumar hace un par de años, si no porque conozco personas que lo han conseguido con tan solo leer un libro o con ayuda de terapias como es el caso de la “sofrología”.
Y entonces cuéntame, y tú ¿cuándo vas a comenzar?
Si ya dejaste de fumar, platícame más sobre qué hiciste o qué método implementaste para conseguirlo. Me encantará leer tus comentarios.