Las colaciones y su importancia.
Cuando escuchas la palabra “colación” ¿qué imagen viene a tu mente? No te confundas con la colación tradicional de la época de posadas, conformada por bolsitas de dulces.
En el área de nutrición, el término de colación se refiere a una comida pequeña, que se indica ya sea entre el desayuno y la comida y/o la comida y la cena.
Estos pequeños “snacks” representan aproximadamente un 10% de nuestra ingesta total de calorías. Es decir, aproximadamente entre 150 y 200 kcal, por ejemplo: 1 plátano con yogurt descremado y un puño de nueces.
Seguramente has escuchado que incluirlas en tu dieta es bueno, pero ¿te han dicho por qué? A continuación, te explicaré dos de las principales razones por las cuales algunos nutriólogos las prescribimos.
La primera es el ayuno, proceso en el cual el organismo experimenta una serie de cambios y adaptaciones metabólicas para responder a las necesidades energéticas del cuerpo.
Durante el ayuno nuestro cuerpo empieza a utilizar las reservas energéticas, principalmente carbohidratos y posteriormente grasa. Esto suena demasiado bueno, para quienes quieren perder peso, pero en realidad, no lo es.
Después de que se pierden reservas, se activa un mecanismo en el que se envían señales al centro que controla el hambre. Esta región se llama hipotálamo y se encuentra situada en el cerebro.
Es en este momento, en donde el cerebro toma el mando y le dice a nuestro cuerpo “come ahora, y ¡hazlo pronto porque te estás quedando sin reservas!” ¿Te ha pasado que tienes hambre voraz y lo único que quieres es comer, sin importar qué?
Creo que alguna vez que a mí me sucedió, y le veía cara de hamburguesa a cada una de las personas que estaban a mí alrededor.
De ahí la importancia poner pausa a todo ese proceso. Evitando ayunos y comiendo de manera fraccionada. Si incluyes una colación, tomarás tú el control, antes que tu cerebro te gane la partida.
Además, el segundo de los grandes beneficios de las colaciones es que permiten sostener niveles estables de insulina.
Esta es una hormona que se encarga de mantener en niveles bajos todo el azúcar que consumimos en los alimentos. Una forma más sencilla de comprenderlo, es pensando que la insulina es un vehículo que transporta a todas las personas que van caminando por una calle muy concurrida.
Estas personas, no solo ocasionan trastornos de circulación, si no que también deben llegar a tiempo a su trabajo. Cada persona representa una pequeña partícula de azúcar y cada su lugar donde trabajan son los distintos órganos de tu cuerpo.
Lo anterior significa que mientras exista insulina suficiente (vehículos), habrá menos riesgo de tener azúcar elevada en la sangre (personas) y que esta no se almacene como grasa y genere enfermedades en tu cuerpo.
En mi experiencia, puedo decirte que cuando como una colación dos horas después de haber comido, me siento satisfecha y siento menos hambre a la hora de cenar. Comer colaciones, no significa comer más, si no comer la misma cantidad pero en tiempos diferentes.
Te sugiero intentarlo y empezar poco a poco. Recuerda que los hábitos se hacen a través del tiempo. Yo soy de la fiel creencia de que cuando una persona comprende los beneficios de una prescripción, realiza los cambios en su conducta alimentaria de manera más sencilla.
Si quieres comenzar, te recomiendo hacer solo una colación, ya sea matutina o vespertina. Inténtalo en el periodo en el que ayunes por más tiempo. Utiliza una alarma o deja una nota que te recuerde la hora de tu pequeña entre comida.
No olvides consultar a un especialista en Nutrición, para que te asesore y te de un plan de alimentación de acuerdo a tus necesidades.
Y si tu caso es el opuesto, por favor cuéntame ¿has notado los beneficios? Me encantará leer tus comentarios.