Cuántas veces te ha pasado que al mirarte al espejo la percepción te tu peso es otra, no solo piensas que pesas más, si no que no te gusta lo que ves.
Este es el caso común de lo que en el argot médico se llama dismorfia, término que significa que hay una preocupación exagerada por alguno o varios defectos de la apariencia corporal (alguna parte de tu cuerpo la vez diferente: nariz grande, por ejemplo).
Puede ser más común de lo que piensas, pero cuando va acompañado de ayunos, purgas, depresión, sentimientos de culpa, ejercicio excesivo, falta de concentración o vómitos provocados, entonces se trata se una situación más seria.
Los trastornos de la conducta alimentaria, conocidos también como TCA son un conjunto de enfermedades de origen mental, cuya característica principal es la alteración en comportamientos relacionados con la alimentación y el control de peso, sin existir conciencia por parte quien lo padece.
Las causas pueden ser diversas, sin embargo, destacan: los traumas en la primera infancia, el entorno familiar y la predisposición genética. De acuerdo a mi experiencia, el ambiente juega un papel elemental tanto en la aparición como en el tratamiento de este tipo de casos.
Pero en este artículo, no quiero enfocarme a hablar más allá de la definición, tipos, rasgos, conductas y tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria. Me gustaría escribir sobre dos películas que abarcan esta temática y comentarlas desde mi ojo clínico ¿estás listo?
La primera se llama “Malos hábitos”, es una cinta mexicana del 2007, de género dramático realizada por Simon Bross. Estuvo presente en el famoso “Festival de Cannes” ¿la has visto? Esta película está basada en tres historias enlazadas entre sí, en donde cada personaje padece de un trastorno de la alimentación: una niña con obesidad que comienza a desarrollar conductas compulsivas, su madre que padece de anorexia y su tía quien es bulímica.
Esta historia describe 3 trastornos diferentes que se desenvuelven en un ambiente muy específico y peculiar. Desde mi punto de vista, la historia más interesante es la de la madre quien está atrapada en un trastorno de anorexia y cuya perfección no le permite tener una hija con obesidad, por lo que busca a toda costa hacer que pierda peso, consiguiendo así trastornar a su hija.
Considero que muchas niñas pasan por situaciones semejantes, creciendo en ambientes que propician que su crecimiento y desarrollo se vean afectados por la aparición de un trastorno alimentario.
La segunda película se llama “to the bones” escrita y realizada por Marti Noxon que fue lanzada el año pasado en el festival de cine de Sundance.
En este drama americano, la actriz Lilly Collins interpreta a una joven de 20 años que padece de anorexia nerviosa. La historia relata el proceso de tratamiento y recuperación en un centro especializado en trastornos de la alimentación.
Uno de los puntos más interesantes, es que en esa película puedes observar un TCA desde otro escenario, es decir alguien que padece un trastorno, pero es un poco más consciente de su padecimiento y además recibe un tratamiento.
Ellen es internada en un centro especializado. Su familia, es un elemento clave en este proceso porque la familia debe estar “acompañando” al paciente en cada una de las etapas del tratamiento en un contexto ideal.
Por otra parte, creo que en esta cinta no se percibe claramente la participación de un equipo multidisciplinario (médico psiquiatra, psicólogo y nutriólogo). El único que participa supervisando la evolución de los pacientes es Keanu Reeves, quien es el médico psiquiatra de cabecera.
El paciente con un trastorno de la alimentación debe ser tratado y supervisado por diferentes especialistas, debido a que no solo existe un problema con el peso corporal, también tienen otras consecuencias a otros niveles como son: gastrointestinal, endocrino (hormonal), metabólico, óseo y neurológico; tan solo por mencionar algunas.
En dicho lugar, que más que un centro u hospital, parece una casa en donde los pacientes cohabitan como hermanos, existen reglas y protocolos. Una de ellas es no poder levantarse de la mesa hasta haber terminado toda la comida designada. Cada uno de los pacientes internados, tiene un trastorno diferente por lo que el objetivo es individualizado.
El final no te lo cuento, porque definitivamente ambas pueden ser una opción en tu lista de pelis de “fin de semana de cine en casa”. Si ya las viste, cuéntame ¿Cuál te gustó más?